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Editorial

Es evidente que con el internet en etapa madura y aceptado en casi todas partes del mundo (excepto en aquellos países que no quieren subirse al rio de la tecnología o donde aún no se tiene acceso al mismo),  y donde estar conectado es la regla y no la excepción  surgen paradigmas que eran sin duda obligatorios, uno de ellos la enseñanza basada en  herramientas tecnológicas.

           

Pero porque este editorial inicia con Internet y no con Gadget, Computadoras, Pizarrones didácticos, teléfonos inteligentes o metodologías innovadoras etc.   La respuesta es sencilla el Internet es el catalizador de todas estas tecnologías, el acceso a la información es la medular, ya sea desde un celular inteligente como de una computadora personal.   

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Es ya tan común el tema que existe una evolución de las técnicas y metodologías asistidas por la tecnología a distancia, a tal punto que incluso lo que era novedoso y que al inicio se vendía como personalizado ha quedado casi obsoleto, entiéndase enseñanza mediante blogs,  páginas web, cuestionarios interactivos etc.

 

La innovación en sí misma es sinónimo de cambio,  estos cambios son el producto de la introducción de novedades en el proceso, esto es bajo cualquier contexto. Cuando hablamos de innovación educativa los expertos la definen como:

 

 “Novedad introducida en el proceso formativo que esfuerzo dedicado antes de aplicar la propia innovación educativa” (Angel Fidalgo Universidad Politécnica de Madrid).

 

La interrelación entre cambio a innovación no es bidireccional, ya que toda innovación conlleva cambios, pero no todos los cambios son innovadores, partiendo de este principio.  Muchas veces se confunde a la renovación con la innovación, para entender este dilema analicemos el ejemplo que nos propone Angel Fidalgo.

 

Imagínese que usted siempre ha facilitado un conjunto de ejercicios resueltos en papel y decide utilizar un sistema on-line para que sus alumnos puedan descargarlos desde internet. Este cambio facilita el acceso a los recursos, pero no está innovando, sencillamente está automatizando un proceso que estaba obsoleto.

 

Esto no significa que renovar sea malo, por el contrario en la enseñanza se debe evaluar el momento, circunstancias y aplicabilidad para determinar si lo que se necesita es una renovación o innovación de determinada metodología.  Cuando vamos a innovar debemos tomar en cuenta tres elementos que los expertos consideran clave para el proceso, y estas son,  observar y aprender de otras experiencias, una radiografía interna de la innovación educativa y las tendencias promovidas por estudios y/o expertos.

 

Los avances tecnológicos y nuevos descubrimientos en sicología, propedéutica, metodologías, y aunado con la neurociencia, están revelando el funcionamiento del aprendizaje, esto conlleva a nuevas técnicas, si se desea conocer más sobre el perfil del catedrático innovados así como las competencias que debería tener, lo invitamos a seguir leyendo.

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